El proceso de adaptación no fue fácil, Alice y Vivian no podían ir a la escuela debido a la dificultad del idioma. John no estaba en casa, por lo general, pasaba su tiempo tratando de cumplir con trabajos temporales para poder llevar algo de comer a su hogar. Mientras tanto, en el bosque que queda al lado de su casa, sus hijas conocieron a Emma Jones, su vecina, para quien no fue dificultad poderse comunicar y en principio, les ayudaba a ir entrando poco a poco en la sociedad.
A Emma Jones la dejó su esposo tras enterarse que no era capaz de tener hijos. Trabaja con los niños en la escuela, es psicóloga y al ver a las niñas de los Taylor, quedó enamorada. La menor es un poco reservada, callada y tímida. Por otro lado, Vivian es mucho más extrovertida, alegre y social. De cierta manera, Emma podía ver en ellas su sueño frustrado.
Los juegos entre ellas empezaron a ser lo rutinario, se divertían y en principio, no generaba molestias a Mary, debido a que en su ausencia, ella podía ahogar sus penas con unas copas de vino. Los problemas empezaron a salir a flote, cuando Alice y Vivian empezaron a desahogarse con Emma. Su madre no es tan buena como lo aparenta, ambas tienen algunas marcas de golpes. Su padre no es tan dedicado, a pesar de llevar comida al hogar, su adicción sigue latente.
Yo puedo hablar con la policía si lo desean –dice Emma-. Ustedes merecen más, yo las puedo cuidar.
No es tan fácil. Tenemos miedo. ¿Si nuestros padres no nos aman tanto, una extraña cómo podrá hacerlo? –responde Vivian-
Hay que tener miedo pero no vivir con él. Sus vidas pueden ser diferentes. Puedo hacer un plan para que estemos juntas.
Las hermanas tuvieron una mirada cómplice y aceptaron. Así pasaron los días y cada vez eran más cercanas a su vecina. Sus padres empezaron a notarlo, sin saber que ya era tarde para recomponer el camino. Las noches eran frías y tanto Alice como Vivian, solo esperan a ver la luz del día para estar con quien se sienten amadas. John, al ver la situación, les prohibió seguir con Emma. Los juegos ya no eran los mismos, se escondían de Mary en las noches, quien en estado de embriaguez, desataba sus desesperaciones en ellas. Alice y Vivian encuentran refugio en su armario.
¿¡Dónde estááán!? ¿No les gusta jugar con mami? ¿O prefieren a Emma?
La respiración se les empieza a acelerar, no quieren más golpes. Quieren salir de la pesadilla que apenas empiezan a vivir. Cada noche fue igual. No era el particular juego de escondidas de cualquier otro niño. Ambas hermanas empezaron a cambiar, en especial Alice, quien como método de escape, tuvo su primer amigo imaginario: Bobby. Emma empieza a desesperarse con la situación, quiere ayudarlas, quiere ser su escape de la realidad. Esa noche fue diferente. John y Mary cambiaron de actitud, cenaron juntos por primera vez desde que viven ahí. Subieron a la cama a Alice y Vivian, les pusieron la cobija y les dieron un suave beso en la frente.
Los amamos con nuestra vida. –Dice John mientras acaricia el pelo de Alice-.
Espero puedan perdonarnos lo malo. Desde hoy, tendremos una vida diferente. Las cosas cambiarán. –Dice Mary, mientras le da su oso preferido a Vivian-.
En la madrugada de esa noche, Vivian va al baño con su oso preferido. Al salir, le da curiosidad ver que las luces del cuarto de sus padres están encendidas a tan altas horas. Toca la puerta pero no obtiene respuesta.
¿Papá? ¿Mamá? –dice mientras abre lentamente la puerta-.
No hay nadie en la habitación, pero la puerta del baño está entreabierta. Camina mientras sigue pronunciando sus nombres. No sabe lo que le espera detrás esa puerta.
¡¡¡¡¡Papááááá!!!!! ¡¡¡¡¡Mamááááá!!!!!
Empieza a llorar de manera descontrolada. Trata de mover sus cuerpos pero están sin vida. John y Mary están tomados de la mano y en el piso, hay un revolver. Ambos tienen una herida en la cabeza. Alice los ve en el piso pero no parece sorprendida. Inmediatamente llega Emma, quien desde ese momento, se hace cargo de las hermanas.
¿Quién crees que asesinó a los Taylor?