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Amigo Imaginario


Alice se volvió fría, extraña a ese lugar. Del otro lado, Vivian decidió entregarle lo más amado que ella tenía: su oso preferido. Un pacto de hermanas no se puede romper tan fácil. Sin embargo, Alice pasa mucho tiempo con su amigo imaginario. Emma trata de romper ese vínculo pero no puede.

  • ¿Te arrepientes de nosotras? –pregunta en un tono extraño Alice-

  • No me arrepiento de ustedes. Me arrepiento de lo que traes contigo, Alice. –Responde Emma con voz temblorosa-

  • ¿Alice? Alice está durmiendo, ahora estoy yo. Tus noches son llenas de miedo. ¿A qué le temes?

  • A lo que descubrí de Alice. A lo que sea que me está hablando.

  • ¿Qué le habrás dicho a la oscuridad en las vigilias eternas de la noche cuando tu vida parece encogerse? –Alice cae desplomada-

Emma quedó perpleja. No sabe hasta dónde puede llegar el alcance de Alice. Ella es diferente, no es lo que acaba de mostrar. En su mente se aferra a lo que pensó cuando la vio por primera vez. Tan hermosa, tan fría; como una mañana de la primavera pálida todavía aferrándose a la frialdad del invierno.

Las semanas siguientes fueron tranquilas, parecía que todo estaba tomando el hilo que llevaban con Emma. Durante la cena de esa noche, todo fue diferente. Volvieron a cenar las tres juntas después de mucho tiempo, Emma las subió a la cama, las acostó y les contó un cuento. El final no era agradable. Le dio su oso preferido a Vivian y le dio un suave beso a Alice.

  • Las amo más que a nadie, ¿lo saben, verdad? Quiero que nuestra historia sea diferente. –Dice Emma-

  • Eso nos lo dijeron nuestros padres antes de morir, Emma. –Responde Alice-

Emma se quedó perpleja. Todo parece ir encajando en su rompecabezas, teme lo peor. Esa madrugada, Vivian se despertó porque debía ir al baño. Notó que Alice no estaba en su cama. Al salir, notó que la puerta de Emma estaba entreabierta y con la luz prendida, salían unos ruidos extraños del cuarto. Trató de entrar en silencio pero la puerta rechinó. Vio un movimiento extraño y una voz.

  • Vivian, entra. Emma no se siente bien. –Dice Alice-

Al entrar, quedó aterrorizada. Alice estaba con un cuchillo y Emma, tenía la mirada perdida, no respiraba.

  • ¿¡Qué hiciste, Alice!? ¡Ella nos amaba!

  • Alice no está aquí. Lo supiste desde un principio, desde nuestros padres. Preferiste quedarte callada, sabías que pasaría nuevamente.

Vivian se arrodilla a llorar y gritar de manera descontrolada. No cae en cuenta que Bobby se acerca.

  • ¿Me recuerdas, verdad?

  • Bobby, ¡ella nos protegía! Con nuestros padres era diferente, te lo había pedido. ¡¡¡¡¡Pero a Emma no!!!!!

Se produjo un fuerte forcejeo, Bobby quería quitar todo rastro y acabar con Vivian. Entre tanto, Vivian se abalanzó sobre Bobby. Vivian quedó con la mirada perdida. Sus manos estaban llenas de sangre. Alice cayó desplomada en el piso, el cuchillo lo tenía incrustado en el pecho.

  • ¿Alice? ¡Despierta, Alice!

  • Perdóname todo lo malo. Era nuestro pacto, nuestro secreto. Te fallé.

  • ¡No me dejes sola! ¡¡¡¡¡No me dejes!!!!!

Alice ya no respira. Sus vecinos alertan a las autoridades sobre el disturbio que hay en la casa de Emma. Le quita el cuchillo del pecho a Alice, la abraza por última vez. Empieza a correr por la casa y recuerda el único lugar que le brindaba seguridad en los momentos malos: el armario. Su vida parece encogerse, perdió lo que más amaba. Está llena de sangre, no entiende cómo pudo pasar todo. Trata de encontrar soluciones a lo que ya no tiene. A su lado, está un cuchillo; afuera, Emma y Alice están sin vida. Se ha quedado sola en este mundo.


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